Sílvia Pérez Cruz y Toti Soler
Solapas principales
Toti Soler fue el que me habló por primera vez de Silvia Pérez Cruz. Entonces Silvia aún no gozaba del prestigio y la fama a la que ha llegado. Toti me contaba que tenía un amigo que se llamaba Cástor, con quien compartía el arte de la canción y la comida en las barracas. Me explicó que el día que conoció a la hija de Cástor y ésta se puso a cantar intuyó algo especial. Según Toti, esa chica tenía una voz que lo contenía todo: alegría, tristeza, ternura, armonía, respeto... Decía que estaba tocada por los ángeles.
Sin darle más importancia me olvidé de la hija de Cástor, hasta que como ocurre con todo, el día que conoces algo nuevo, luego te lo vas encontrando partes. Una amiga me dijo que había un conjunto de chicas que basaban su repertorio en el flamenco. Aquellas chicas eran Las Migas y entre ellas estaba la hija de Cástor. Luego también la encontraría involucrada en el excelente proyecto de Eliseo Parra y Coetus con la orquesta de percusión ibérica. Un brillante conjunto del que pude ver un concierto en el Auditorio de Barcelona. De este proyecto también surgió un buen documental. A partir de entonces ya empecé a ver con regularidad a la hija de Castor en la televisión, la radio, colaboraciones, conciertos... Era evidente que público y crítica se habían puesto de acuerdo en que había surgido una voz y una manera de interpretar de aquellas que sólo aparecen muy de vez en cuando. Pueden pasar años y décadas hasta que no aparece una voz y un talento que nos pueda llegar como lo hace la hija de Cástor.
Mientras tanto, en uno de esos encuentros que con regularidad tengo con Toti en el cielo de Palau-Sator, y digo el cielo, porque cada vez que voy, si existe el cielo o el paraíso, debe de ser similar a aquellas horas que paso allí: conversación, música, gastronomía, paseo, tranquilidad, el cantar de los pájaros, los largos silencios... Pues en el cielo de Palau-Sator empecé a hacerme pesado insistiendo a Toti que por qué no hacía un disco con la hija de Cástor, que formarían una pareja sublime, tocada por el "duende" tal y como dicen los flamencos. Y él me decía que las cosas deben surgir y que si tienen que pasar pasan, que deben ser naturales y que quizás algún día, que mientras tanto ya hacían algún recital de vez en cuando, una o dos veces al año. Yo volvía a insistir en que debían hacer un disco y entonces ante la mirada seria de Toti ya veía que debía dejar estar el tema. Cuando me despedía de aquel cielo para volver a la realidad volvía a repetirme con lo de grabar un disco con la hija de Cástor. Entonces reía y en silencio nos despedíamos con un fuerte abrazo.
En otra de esas visitas al cielo de Palau-Sator, un día Toti me mostró el que sería su disco Raó de Viure (Satélite K, 2011). Un trabajo de aquellos que aprovecho para decir que se debe tener, en el que se rememora la "sardana flamenca" con una visión mucho más madura. También aparece Ovidi cantado por el mismo Toti y la colaboración de cinco grandes mujeres que depositan su alma. En Raó de viure la hija de Cástor canta "El corazón es agua", un poema de Miguel Hernández musicado por el mismo Toti, una maravilla.
Pero la vida continuaba con los contados conciertos esporádicos, pequeñas colaboraciones y poco más. Mientras la hija de Cástor debutaba en solitario con 11 de novembre (Universal, 2012), compartía disco con Javier Colina, En la imaginación (Contrabajo / Nuba Records, 2011), o Granada (Universal, 2014) con Raül Fernández, entre otros, mientras el disco de la hija de Cástor y Toti no llegaba. Esto en mi opinión no era un producción difícil, más bien que se asentaran juntos con una idea clara, poner en marcha la grabadora y a ver qué magia emergía. Un trabajo sólo con la voz de Silvia y el apoyo de la guitarra catalana de Toti.
A finales del 2014 Carmeta me regaló un estuche, todo él de un blanco roto con el logotipo de Mediapro con el título Edición Especial 2014. Contenía los documentales El somni de los hermanos Roca y La tragedia electrónica que como el propio nombre indica imagino que debe ir sobre la gestión de los residuos electrónicos que generamos. Pero aquello no era lo más importante para mí, ese estuche también contenía un dvd con el título Celebramos 20 años de Mediapro con Sílvia Pérez Cruz y Toti Soler. Llego a casa, lo pongo y en el escenario soñado del Palau de la Música Catalana veo y escucho todo lo que había fabulado: La voz desnuda de la hija de Cástor con el apoyo de la guitarra catalana de Toti . La manera más sencilla y atrevida porque no hay trucos ni grandes bandas detrás, de llegar al alma. Con un repertorio en el que desfila el fado, la copla, el bolero, la canción, o por decirlo de otro modo: Quintero-León-Quiroga, Sagarra, Vergés, Agustín Lara, Amália Rodrigues, Carlos Gonçalves, Atahualpa Yupanqui, Consuelo Velázquez, Félix Luna, Ariel Ramírez, Joan Manuel Serrat, Salvador Espriu, Raimon...
Hay que admitir que Mediapro la clavó queriendo celebrar sus 20 años con este concierto. Un concierto que tiene todos los elementos, donde se cumple aquello de que la música es un lenguaje universal e imprescindible.
Ahora sólo espero que este trabajo se edite como se merece, en solitario, en una buena carpeta con todos sus créditos, notas, audios... Que todos podamos adquirir este tesoro musical. Y que la hija de Cástor y Toti aparezcan más en directo, que graben más y que vuelen juntos.