Ovidi Montllor, inspiración layetana

  • Posted on: 7 December 2015
  • By: admin

Se acaba este 2015 y durante todo este año ha habido varias referencias, homenajes y recuerdos para conmemorar el 20 aniversario de la marcha de Ovidi Montllor. Se ha visto un poco de todo y se ha hablado bastante, aunque seguramente no lo suficiente. No obstante, tal vez porque es un tema más minoritario o que no llama la atención de los grandes focos, no se ha destacado a Ovidi como fuente de inspiración y pieza clave en una nueva manera de hacer música en nuestro país, la que inició la Orquesta Mirasol y que dio lugar al surgimiento de la música surgida bajo el paraguas del Zeleste de Víctor Jou. Hay un disco clave que marca un antes y un después en todo este asunto, Crònica d’un temps, editado por el sello Discophon en 1973.
Sin tener que ser un gran erudito musical ni tener unos grandes conocimientos, si se hace una primera escucha al disco nos damos cuenta que estamos ante un trabajo sin precedentes. Empezando por el propio Ovidi y el oficio de cantautor, Montllor rompe todos los estereotipos de cantautor clásico, pero esta ruptura no se basa en dejar de lado la importancia de las letras o la fuerza de la voz, sino en el tratamiento musical. Salvo en algún caso, la mayoría de cantautores de nuestro país que se dieron a conocer durante los años sesenta destacaron por un acompañamiento musical pobre y escaso, básicamente salvado por las cuerdas de una guitarra que en muchos casos también iba coja. Cuando estos cantautores empezaron a tener éxito variaron el envoltorio y se acompañaron de músicos que hacían que aquello sonara mejor. A la hora de entrar en los estudios de grabación, la mayoría de estos cantautores también aprovechaban para vestir con un buen "traje" muchos de sus temas, partiendo de orquestaciones clásicas en toda regla. En el caso de Ovidi, todo esto no pasa, cambia las reglas y de alguna manera gracias a él se originan nuevas sinergias y proyectos. De este Ovidi, es del que se habla poco, pero no por ello es menos importante.
Volviendo a Crònica d’un temps, veremos que el tratamiento musical es muy rompedor. Se vislumbra de manera muy clara el jazz-rock, la psicodelia o la música contemporánea para enumerar los estilos más presentes. Por otra parte, la música está a la misma altura que el cantautor no detrás, en un segundo plano, como suele ocurrir, sino de lado, de tú a tú con el cantante. Esto para mí dice mucho de Ovidi. He escuchado muy pocos cantautores por no decir ni uno que hayan aceptado esta presencia de tú a tú con la música y los músicos. En Crònica d’un temps, la música y la voz son una única cosa, nada está por encima de todo, ni lo envuelve o lo aguanta, todo está en equilibrio.
Un punto y aparte también lo merece la portada del disco, muy diferente a las portadas de discos de los cantautores de entonces. La portada se acerca más a una estética rock con aquella imagen de  Ovidi con la mirada abajo, en blanco y negro, oscuro. Encuentro un cierto paralelismo con la portada que años después haría Mario Pacheco para La leyenda del tiempo, otro disco rompedor y premonitorio. No sé, deben ser cosas mías.

 
Si miramos los créditos veremos quién está detrás de la instrumentación. Las dos personas clave son Xavier Batllés y Víctor Ammann, con el apoyo de Juan Soriano.
Crònica d’un temps empieza con una canción que lleva por título "El vi". El texto es de Vicent Andrés Estellés y la música es obra de Xavier Batllés. El tratamiento musical de este tema es del todo inaudito y nuevo en la canción de autor. Primero el hecho de que Ovidi no sea el autor, en segundo lugar la manera de tratar la música, y por último y para no alargarnos el encuentro entre la instrumentación clásica, la guitarra con wah-wah de Toti Soler, el binomio Ammann-Batllés, los solos con flautín y clarinete bajo, o el coro formado por soprano, contralto, tenor y bajo.

Nunca he preguntado a Xavier Batllés como fue posible que Ovidi Montllor les dejara hacer una instrumentación tan atrevida y que se apartaba de los cánones. No lo he hecho y seguramente tampoco iré ahora a preguntárselo. Seguramente lo más importante es lo que significó todo aquello.
De Ovidi todo el mundo conoce su compromiso político y social que a diferencia de muchos no sólo era una simple posición ni fachada y que luego en casa y vivían y hacían a la inversa. En el refuerzo de esta personalidad también me llamó la atención lo que Xavier Batllés me contó y que hace de Ovidi un hombre único. La mayoría de veces que hacían conciertos y Ovidi tenía que pagar a los músicos repartía el dinero a partes iguales. Batllés me decía que a lo largo de su carrera nunca más se había encontrado con un artista que hiciera lo mismo.
Y qué surgió de la experiencia de Xavier Batllés y Víctor Ammann junto a Ovidi?
Durante el año que estuvieron con Ovidi con la dinámica de conciertos y giras les sirvió para dar forma e inspirar el concepto de lo que sería la Orquestra Mirasol. Incluso lo que fue por decirlo de alguna manera, la comuna de Mirasol en cuanto al lugar donde se establecieron a vivir muchos de los músicos de lo que luego sería la música layetana. Todo aquello se originó gracias a la dinámica iniciada junto a Ovidi. De hecho, Xavier, explica que durante una de las estancias en Madrid con Ovidi entraron en contacto con Julia León y todo el ambiente de las Madres del Cordero, que los llevaron a su casa. Vivían juntos en una casa del extrarradio de Madrid, en medio de la naturaleza y este hecho les dejó alucinados. Decidieron trasladar esta experiencia a Barcelona y buscaron una casa en el extrarradio, concretamente en Mirasol. Después se sumarían un buen número de músicos como Manel Joseph o Eduard Altaba que también irían a parar a casas vecinas de Mirasol.
En el aspecto musical, después del trabajo con Ovidi, Ammann y Batllés fundaron la Orquestra Mirasol, apoyados por tres veteranos artistas: el percusionista cubano Pedrito Díaz, el saxofonista Ricard Roda y el batería Miquel Àngel Lizandra. Estos cinco artistas, darían forma al disco Salsa Catalana, sin lugar a dudas una obra maestra de la música de nuestro país, que aparte de esto, significó un antes y un después en toda una nueva manera de hacer música, siendo el punto de partida del sello discográfico Zeleste-Edigsa y de toda una generación de músicos y artistas excelentes.
Gracias Ovidi!


De izquierda a derecha: Víctor Ammann, Juan Soriano, Ovidi Montllor y Xavier Batllés en el desaparecido teatro La Capsa. (Fotografía del archivo de Xavier Batllés)