Todo es de color - Gonzalo García Pelayo
Solapas principales
A Gonzalo García Pelayo lo descubrir porqué su nombre aparecía en los créditos de los discos de Lole y Manuel, Goma, Triana, Hilario Camacho, Manuel Gerena y un largo etcétera. Gonzalo era el productor de todas aquellas grandes obras entorno al rock andaluz y la canción protesta que salieron publicadas en el subsello Gong de Movieplay. Gong agrupa una obra que si en lugar de ser musical fuera de otro tipo de disciplina ya hubiera sido elevada a patrimonio nacional y gozaría de las más altas distinciones. No obstante, como se trata de música, una de los artes menos valorados en nuestro país todo queda en un segundo plano, se valora, pero no goza de la notoriedad de la que gozaría si se tratara de pintura, por poner un ejemplo.
Después de empaparme de todas aquellas joyas de Gong me enteré que Gonzalo también era conocido por inventar un método para ganar en los casinos. Cuando ya creía que lo sabía todo sobre Gonzalo me entero que también era director de cine. Después de realizar una búsqueda en la red descubrí Manuela, su ópera prima.
Yo no entiendo de cine ni sé mucho más allá de lo típico, lo que si que sé es que a mi Manuela me descolocó, me dejó perplejo, cambió mi visión cinematográfica. Más allá de la historia que todo el mundo más o menos conoce o ha visto a mi me atrapó la manera en como Gonzalo rompía la estética narrativa clásica del cine y cambiaba el ritmo. Uno está acostumbrado a que la música sirva como complemento a las imágenes y se adapte a estas. Manuela no tenía nada que ver con este esquema y recuerdo el impacto que me causaron escenas como las imágenes del amanecer en el campo andaluz mientras sonaba “Nuevo día” de Lole y Manuel. O cuando Charo López está con el niño y suena “Erase una vez”, también de Lole y Manuel y la canción va sonando y no se corta, como si las imágenes se adaptaran a la canción y no la canción a las imágenes. A mi aquello me atrapó de tal manera que la escena me pareció de una fuerza increíble. Aún hoy cuando veo esa secuencia con ese fondo musical me quedo paralizado y me cuesta volver.
Posteriormente visioné la imperdible Vivir en Sevilla, de ahí salté a Alegrías de Cádiz, pasando por Niñas.
Hace unas semanas me enteré que había salido una nueva película de Gonzalo, Todo es de Color. Una película que aparecía anunciada en las redes como un homenaje a Triana y toda su época a través de una especie de Road movie encabezada por Javier García Pelayo, el pirata.
Ahora podría abrir un debate sobre lo difícil que nos lo ponen para ver este tipo de cine que se aparta del circuito comercial. Tras varias semanas del estreno llegó por fin a Barcelona, aunque en un solo cine, el cine Melies y en un horario muy concreto. Como tampoco vivo en Barcelona, sino a 70 km de la capital catalana y los horarios eran muy fijos tuve que vivir mi propia Road movie para poder ir a verla. Miserias personales a parte, finalmente pude ver Todo es de color. El esfuerzo valió la pena y solo aprovecho para lamentarme de que la película no pueda exhibirse de una manera más amplia y que todo el mundo se pueda animar a verla.
Aunque Gonzalo ya me tenga ganado por el mero hecho de ser un gran fan de Triana, pienso que aunque uno no los haya escuchado nunca ni esté sumergido en el universo "Trianero" la película le atraparía igualmente. Todo es de color no es un film convencional pero si responde a sentimientos comunes de cualquier mortal. La obra y la vida de Triana a través del film de Gonzalo nos llevan a despertar todo tipo de sensaciones, de recuerdos, de tristezas, de alegrías, de pasado, de futuro; de humanidad. No se trata de una película de nostalgia, ni de que esa época era mejor que la actual, ni mucho menos de idealizar el pasado o resucitar a los que ya no están. El viaje con las motos capitaneado por Javier del cementerio donde yacen Tele y Jesús hasta los Caños de Meca donde vive Eduardo es un viaje con mucha luz con secuencias preciosas por la meseta española que con la música de Triana crean postales idílicas. Hay momentos de un gran disfrute como cuando en el lago suena “En el lago” con Triana de fondo mezclados con la versión tocada por un grupo de amigos entre los que destacan artistas como Gualberto o Raimundo Amador.
El papel de Alfonso Sánchez al frente del camping donde se hará el homenaje es muy divertido y entrañable de la manera de hacer andaluza. Un personaje interpretado con una naturalidad pasmosa. A esto se suman momentos destornillantes como cuando Javier se quita la dentadura postiza para ahuyentar a un atracador en una farmacia o cuando Jorge Cadaval en el papel de guiri inglés aporta algunas escenas surrealistas. Natalia Rodríguez te atrapa en la escena en la que cuelga la ropa.
Todo es de color recoge el testimonio de una época y lo lleva al presente para que forme parte del presente y te lleve hacia el futuro. Javier hace un juego de palabras curioso: “No hay que tener nostalgia del pasado, el pasado ya no está, nos lo hemos comido. Hay que tener nostalgia del futuro.”